domingo, 2 de noviembre de 2014

Silencios tapados tras un televisor.

Se quedó sentada en la parte delantera del coche, pensando en todo lo que había pasado aquel día. Quizá los acontecimientos no se habían sucedido de la mejor manera posible, pero una semana más el momento de la despedida había llegado.

Siempre que llegaba el momento del reencuentro, un ápice de esperanza aparecía en su interior, pensando en recuperar la relación que hacía tiempo que ya habían perdido. 

Sus caminos se habían separado hacía ya demasiado tiempo como para poder arreglarlo con algún que otro encuentro casual, pero sin embargo, ambos seguían dándose contra el mismo muro de siempre. Creían poder recuperar algo que habían tardado años en construir en unas horas dilatadas en el tiempo, y siguieron creyéndolo en vano durante más tiempo del que hubieran deseado hacerlo. 

La realidad es que su relación había llegado a ser especial después de mucho tiempo, y se había visto fortalecida por la gran cantidad de momentos que habían vivido juntos, pero todo lo que habían tardado tanto tiempo en en construir fue dinamitado en cuestión de semanas. 


Por fin se decidió a salir del coche, y subió a casa de forma automática, como si la hubiesen programado para hacerlo sin pensar. En casa era donde más notaba su ausencia, sobre todo en los momentos de silencio tapados detrás de un televisor al que nadie prestaba atención. Era en los momentos más insignificantes donde intentaba buscarle por todas partes, sin obtener algún resultado que no fuesen sus lágrimas

Después de quizá demasiado tiempo, se dio cuenta de que tenía que dejar de intentar conservar algo que ya se había ido. Se dio cuenta de que le había perdido, y que solo conservaba el dolor de creer tenerlo a ratos que eran demasiado cortos.

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